domingo, 25 de enero de 2015

22 - AUDIO Y TEXTO (Oraciones Espíritas)

ALLAN KARDEC 



 ANTERIOR       SIGUIENTE       LECTOR EN VIDEO       IR AL ÍNDICE                                                                                

Edición Interactiva de Texto, Audio e Imagen
por:  https://www.caminoespírita.blogspot.com                         Chile – 2014


DEL LIBRO, COLECCIÓN DE ORACIONES ESPÍRITAS
                                                                                                                                                                                                                         por Allan Kardec


  ORACIONES PARA LOS QUE YA NO ESTAN EN LA TIERRA...

            Para los Recién Fallecidos.


            ORACIÓN.

            Dios Todopoderoso, ¡que vuestra misericordia se extienda sobre el Alma  de: ..............................., a la que acabas de llamar a tí!  ¡Que las pruebas que ha sufrido en esta vida le sean tomadas en cuenta, y nuestras oraciones puedan aliviar y abreviar las penas que tenga aún que sufrir como Espíritu!
            Espíritus buenos, que habéis venido a recibirle, y sobre todo a tí, su ángel de la guarda, ayudadlo a despojarse de la materia, dadle la luz y la  conciencia de sí mismo, con el fin de sacarle de la turbación que acompaña al   tránsito de la vida corporal a la vida Espiritual. Inspiradle el arrepentimiento  de las faltas que haya podido cometer, y el deseo de que se le permita repararlas para acelerar su adelanto hacia la vida de eterna bienaventuranza.
             A tí: ..............................., acabas de entrar en el mundo de los Espíritus, y sin embargo estás presente entre nosotros, nos oyes y nos  escuchas, porque no hay más diferencia entre tú y nosotros que el cuerpo perecedero que acabas de dejar y que muy pronto será reducido a polvo.
            Has dejado la grosera envoltura sujeta a las vicisitudes y a la muerte, y sólo conservas la envoltura etérea, imperecedera e inaccesible a los sufrimientos. Si ya no vives con el cuerpo, vives la vida de los Espíritus, y esta vida está exenta de las miserias que afligen a la humanidad.
            Tampoco tienes el velo que oculta a nuestros ojos los resplandores de la vida futura, de hoy en adelante podrás contemplar nuevas maravillas, mientras que nosotros estamos aún sumergidos en las tinieblas.
            Vas a recorrer el espacio y visitar los mundos con toda libertad, mientras que nosotros nos arrastramos penosamente sobre la tierra, en la que nos retiene nuestro cuerpo material, semejante para nosotros a una carga muy pesada.
            El horizonte del infinito va a desarrollarse delante de tí, y en presencia de tanta grandeza comprenderás la voluntad de nuestros deseos terrestres, de nuestras ambiciones mundanas y de nuestros goces fútiles, de que los hombres hacen sus delicias. La  muerte es sólo para los hombres una separación material de algunos instantes.
            Desde el lugar del  destierro en donde nos retiene aún la voluntad de Dios, así como los deberes que tenemos que cumplir en la tierra, te seguiremos con el pensamiento hasta el momento en que se nos permita reunirnos a tí, así como tú te has reunido con los que te han precedido.
            Si nosotros no podemos ir a tu lado, tú puedes venir al nuestro. Ven pues, entre los que te aman y que has amado, sosténles en las pruebas de la vida, vela por los que te son queridos, protégeles según tu poder y calma sus  pesares con el pensamiento de que eres más feliz ahora, y mediante  la consoladora certeza de estar reunidos un día, en un mundo mejor.
            En el mundo donde estás deben extinguirse todos los resentimientos terrestres. ¡Que a ellos seas inaccesible para tu felicidad futura! Perdona pues, a los que han podido hacerte algún  agravio, como ellos te perdonan el que tú puedes haberles hecho.


            Nota:  Pueden añadirse a esta oración, aplicable a todos, algunas palabras especiales, según las circunstancias particulares de familia o de relaciones, así como a la posición social que ocupaba el difunto.
            Si se trata de un niño, el Espiritismo nos enseña que éste no es un Espíritu de creación reciente, sino que ha vivido ya, y puede ser muy adelantado. Si su última existencia ha sido corta, se debe a que no era más que el complemento de una  prueba, o a que constituía una prueba para sus padres.



         OTRA ORACIÓN.

            Señor Todopoderoso,  ¡que vuestra misericordia se extienda sobre
nuestros hermanos que acaban de dejar la Tierra!  ¡que vuestra luz resplandezca a sus ojos!  ¡Sácalos de las tinieblas, ábreles los ojos y los oídos! ¡que los buenos Espíritus los acompañen y les hagan oír palabras de paz y de esperanza!
            Señor, por indignos que seamos nos atrevemos a implorar vuestra misericordiosa indulgencia en favor de aquél de nuestros hermanos que acaba de ser llamado del  destierro. Haz que su regreso sea el del hijo pródigo.  Olvida,  ¡oh Dios mío!  las faltas que ha podido cometer, para acordaros del bien que hizo. Sabemos que tu justicia es inmutable, pero  también sabemos que tu amor es inmenso, te suplicamos que aplaques tu justicia en ese manantial de bondad que emana de ti.
            ¡Que la luz se haga para tí, hermano mío, que acabas de dejar la Tierra!.   ¡Que los buenos Espíritus del Señor desciendan hacia tí, te acompañen y te ayuden a cortar tus cadenas terrenales!  Comprende y  admira la grandeza de Nuestro Señor, sométete sin murmurar a su justicia, pero no desesperes jamás de su misericordia. ¡Hermano!, ¡que un serio análisis de tu pasado te abra las puertas del porvenir y te haga comprender las faltas que dejas detrás de tí, así como el trabajo que te queda por hacer para repararlas!.  ¡Que Dios te perdone, y que los buenos Espíritus te sostengan y te animen!. Tus hermanos de la tierra orarán por ti y te piden que ores por ellos.


 VOLVER ARRIBA                                           

  

Archivo del Blog